Futuro puro que el destino arrebato, no puedo evitar llorar al recordarte a veces. Si en mis sueños apareces, me proteges del frío, si me ves entre el gentío sientes mi vacío y hablas, palabras de esperanza que solo tu danza irradia. No puedo evitar llorar, dejar brotar mi rabia, ni perdonar al azar, su fragilidad infringida..que un capricho de la vida te dejara herida.[...] Y no es sencillo sacarle brillo a la conciencia, cuando la experiencia echa el pestillo al corazón y mata. Si la conciencia escapa por el mal que se desata dentro y los vientos de tormento quitan el aliento, cuando miro alrededor y no te encuentro. Siento que algo de mi también partió en aquel momento de tu adiós, tu cuerpo frágil se derretía veloz. No te defendía del ataque atroz del tiempo, que te consumía. Y en mi melancolía fría hoy le cuento al mundo que existe un día que se te quería tanto como el ángel que tu fuiste.
[...] Quiero contarte tantas cosas, pero me ahogo de tanto pensar, ¿cómo sería la vida sin aquel mazazo? Poder charlar, sentir tu abrazo y tu perfume, ver los lazos que nos unen a la eternidad, pero quién es inmune a la inclemencia de esta realidad y asume su tortura sin quejidos
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